Santiago de Cuba, 12 jul.— Nacida el 12 de julio de 1815, hace hoy 1202 años, Mariana Grajales Cuello fue una mujer de excepcionales virtudes morales y patrióticas que supo trasladar a su familia como una leona transmite a sus cachorros toda la fuerza y la firmeza con que deberían actuar en la vida.
Se recuerda que a pocos días de iniciada
la Guerra de los 10 Años, en octubre de 1868, Mariana vio partir a su
esposo Marcos y sus hijos José, Justo y Antonio para marchar a la
contienda, pero antes reunió a toda la familia y les hizo jurar ante una
imagen de Cristo luchar por la Patria o morir por ella.
En este período Mariana ya con 60 años de edad se incorporó a la guerra como enfermera y soldado. Sin miedo veía a sus hijos cargar al machete contra el enemigo y ello le causaba una inmensa alegría.
Fueron muchos los dolores que soportó Mariana durante la guerra, dolores del alma, porque vio morir a su esposo y dos de sus hijos y ante el cadáver de uno de ellos le dijo a su vástago más pequeño: “La Patria es la madre de todos, un hijo debe sustituir al otro en la guerra”
Ese valor, coraje y espíritu que enseñó e inculcó a sus hijos fueron lecciones bien aprendidas por ellos, porque todos se incorporaron a la lucha por la independencia contra España y varios de ellos perdieron sus vidas durante la misma.
Terminada la guerra grande, Mariana marchó al exilio en Jamaica junto a su hijo Antonio. En esa tierra ajena a la suya la sorprendió la muerte física el 27 de noviembre de 1895 a la edad de 85 años.
Hoy a 202 años del natalicio de Mariana Grajales Cuello, los cubanos la recordamos en la Patria libre que ella añoró, la que sus hijos no pudieron entregarle y le juramos mantenerla siempre libre o morir por ella.
En este período Mariana ya con 60 años de edad se incorporó a la guerra como enfermera y soldado. Sin miedo veía a sus hijos cargar al machete contra el enemigo y ello le causaba una inmensa alegría.
Fueron muchos los dolores que soportó Mariana durante la guerra, dolores del alma, porque vio morir a su esposo y dos de sus hijos y ante el cadáver de uno de ellos le dijo a su vástago más pequeño: “La Patria es la madre de todos, un hijo debe sustituir al otro en la guerra”
Ese valor, coraje y espíritu que enseñó e inculcó a sus hijos fueron lecciones bien aprendidas por ellos, porque todos se incorporaron a la lucha por la independencia contra España y varios de ellos perdieron sus vidas durante la misma.
Terminada la guerra grande, Mariana marchó al exilio en Jamaica junto a su hijo Antonio. En esa tierra ajena a la suya la sorprendió la muerte física el 27 de noviembre de 1895 a la edad de 85 años.
Hoy a 202 años del natalicio de Mariana Grajales Cuello, los cubanos la recordamos en la Patria libre que ella añoró, la que sus hijos no pudieron entregarle y le juramos mantenerla siempre libre o morir por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario