Santiago de Cuba, 2 dic.— Hoy las niñas y los niños están más cerca de Fidel: “Incluso los que no acompañaron desde su generación buena parte de la vida y obra del líder hoy están siguiendo sus huellas” comento la escritora Aida Barh.
Los retoños se inspiran en los hombres y
mujeres q se dedicaron al bien común gracias a las enseñanzas de los
maestros, artistas e intelectuales revolucionarios. Ser estudiosos de la
ciencia, de la reflexión inteligente, de la oratoria oportuna y justa
es un legado del apóstol y de uno de los martianos que guarda Cuba en la
memoria viva: “Fidel no solo le pertenece a Cuba, Fidel esta en todo
aquel inconforme con las injusticias, en todo aquel que se pregunta por
el futuro del medio ambiente, en todo aquel que trabaja por cambiar en
bien de la humanidad. Creo que hoy debemos más que nunca celebrar esa
vida”, añadió la ensayista santiaguera.
A Fidel, Santiago, Cuba y el mundo le piensa como sabiduría viva; sus enseñanzas desde la oratoria y la literatura, la política y la vida misma, son hoy columna vertebral de lo más progresista del pensamiento colectivo: “A Fidel lo recuerdo hablando acerca de ser líderes en discursos y no en consignas y eso es máxima para mí como escritor”, se refería el cronista Reinaldo Cedeño.
Y es que lo que nos enseñó Fidel es ya filosofía de vida para todos los cubanos; Santiago guarda mucho del hombre que alumbró a Latinoamérica con sus ideales. Aquí vive el Fidel Alejandro alumno en el edificio Rafael María Mendive donde estudio desde el quinto grado hasta el segundo año del bachillerato. En esa instalación ecléctica Fidel adquirió una disciplina formativa integral y se ligó para siempre al deporte y a la naturaleza.
En Santiago la cultura popular tradicional también le hace reverencias; en una galería a cielo abierto que se ubica en los alrededores los artistas de las artes plásticas dejaron sus huellas y firmas, así lo merecía el cimarrón mayor, así lo bautizo Alberto Lescay Merencio: “Para ese tipo de hombres no existe la muerte, esos hombres no desaparecen. Fidel tuvo una obra concluyente, definitiva y como todo humano tuvo errores, pero se alza un gran trabajo. Y declaro que me sucedió que estando en Nueva York, me contactó mi hijo menor y me dijo que había llorado ante la noticia que hoy impacta toda Cuba. Entonces le dije ahora lloro yo pues sé que esta la continuidad en buena parte de las generaciones nuevas; se entonces que vive Fidel hoy más que nunca. Por lo menos en mí, sus pensamientos están hoy más vivos”, declaro Lescay.
A Fidel, Santiago, Cuba y el mundo le piensa como sabiduría viva; sus enseñanzas desde la oratoria y la literatura, la política y la vida misma, son hoy columna vertebral de lo más progresista del pensamiento colectivo: “A Fidel lo recuerdo hablando acerca de ser líderes en discursos y no en consignas y eso es máxima para mí como escritor”, se refería el cronista Reinaldo Cedeño.
Y es que lo que nos enseñó Fidel es ya filosofía de vida para todos los cubanos; Santiago guarda mucho del hombre que alumbró a Latinoamérica con sus ideales. Aquí vive el Fidel Alejandro alumno en el edificio Rafael María Mendive donde estudio desde el quinto grado hasta el segundo año del bachillerato. En esa instalación ecléctica Fidel adquirió una disciplina formativa integral y se ligó para siempre al deporte y a la naturaleza.
En Santiago la cultura popular tradicional también le hace reverencias; en una galería a cielo abierto que se ubica en los alrededores los artistas de las artes plásticas dejaron sus huellas y firmas, así lo merecía el cimarrón mayor, así lo bautizo Alberto Lescay Merencio: “Para ese tipo de hombres no existe la muerte, esos hombres no desaparecen. Fidel tuvo una obra concluyente, definitiva y como todo humano tuvo errores, pero se alza un gran trabajo. Y declaro que me sucedió que estando en Nueva York, me contactó mi hijo menor y me dijo que había llorado ante la noticia que hoy impacta toda Cuba. Entonces le dije ahora lloro yo pues sé que esta la continuidad en buena parte de las generaciones nuevas; se entonces que vive Fidel hoy más que nunca. Por lo menos en mí, sus pensamientos están hoy más vivos”, declaro Lescay.
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