En un ámbito cargado de historia para la Patria como el Parque Céspedes, el Sumo Pontífice saludará al pueblo santiaguero
Texto y Fotos: Eduardo Palomares Calderón
Texto y Fotos: Eduardo Palomares Calderón
Santiago de Cuba, 16 sep.— Luciendo el
máximo esplendor de su imponente estructura, la Santa Basílica
Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba, acogerá este 22 de
septiembre a su Santidad el Papa Francisco, en medio de un entorno
marcado a lo largo de los 500 años de la otrora villa santiaguera, por
una extraordinaria historia para esta ciudad y toda la nación.
Téngase en cuenta que el Sumo Pontífice estará en el sitio exacto donde en 1522 nació la primera catedral de Cuba, que luego de su destrucción cedió el espacio a otra construcción, y después a una tercera, hasta llegar en 1922 a esta cuarta versión, tras haber vencido incendios, huracanes y terremotos con la misma tenacidad inherente a los hijos de esta tierra.
Fue el ilustre “arquitecto municipal” Carlos Segrera Fernández (Santiago de Cuba 1880-1922), quien logra transformar la vetusta edificación de entonces, con la imagen ecléctica que la jerarquizaría entre las majestuosas construcciones surgidas mediante el proceso renovador del céntrico Parque Céspedes, en el primer cuarto del siglo XX.
Entre los cambios, exteriormente “la terminación de los miradores la conformaban vistosas cúpulas rematadas por cupulinos con lucernarios, las cuales, conjuntamente con el domo de la nave central y la escultura del arcángel Gabriel, propician la visibilidad del edificio catedralicio desde cualquier punto del antiguo núcleo urbano…
“El diseño de los interiores de la Catedral también se debe a su quehacer, al colocar y decorar los falsos techos con pinturas y ornamentos, donde se aprecia un fuerte trabajo de moldeado, tanto con la técnica del yeso, como en la de papier maché…
“La Catedral (…), vio sustituida su modesta apariencia colonial por otra más elaborada y refinada”. Así resumen los cambios en su libro Carlos Segrera. Arquitecto, iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX, las arquitectas Marta Lora Álvarez (Guantánamo 1953-Santiago de Cuba 2005) y Carmen Lemos Frómeta (Santiago de Cuba, 1973).
Desde entonces y hasta hoy, afectaciones causadas posteriormente por nuevos fenómenos naturales, siniestros accidentales y remodelaciones planificadas, exigieron diversas acciones, pero ninguna tuvo la profundidad de la iniciada con motivo del aniversario 500 de la villa, y cuya culminación coincide con la anunciada visita del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.
RECUPERACIÓN DEL ESPLENDOR
“Solo una reconstrucción capital de la Catedral, podía enfrentar la situación constructiva presentada con el paso del tiempo en algunas sesiones, y el colapso provocado por el huracán Sandy en sitios como las torres y cupulinos”, afirma el ingeniero Fausto Veloz García, responsable de inversiones y construcciones del Arzobispado de Santiago de Cuba.
Por su alta complejidad la intervención comenzó hace dos años y medio por la cúpula mayor, cuyas 40 nervaduras de madera dura, tambores, cupulino, forro y cruz colapsados, representaban un reto sin precedente alguno, de ahí que no obstante los 25 metros de altura decidieran asumirlo como en su construcción original artesanalmente, empleando andamios, petacas, cubos y sogas.
“Contamos con la valiosa asesoría de especialistas italianos, de La Habana y la Universidad de Oriente —refiere Fausto Veloz, pero resultó decisiva la maestría de nuestros carpinteros, mecánicos y albañiles, su destreza en la conformación de los elementos de madera y metálicos, así como el dominio de materiales de última generación.
“Tenemos cúpula para un siglo más. Exteriormente hasta el forro de cobre está concluido, y en el interior nuestros restauradores han devuelto el esplendor a su bello decorado que constituye la taza de oro de la Catedral, junto al precioso trabajo en madera del coro canónico reservado al séquito, detrás del altar de mármol de Carrara que ocupará el Papa”.
La intensa labor también comprendió toda la albañilería, la sustitución de los sistemas hidrosanitario y eléctrico, el empleo de más de 120 metros cúbicos de madera, la instalación de un moderno sistema de protección contra incendios que incluye los pararrayos, y la pintura acorde con el anillo fundacional de la otrora villa.
Téngase en cuenta que el Sumo Pontífice estará en el sitio exacto donde en 1522 nació la primera catedral de Cuba, que luego de su destrucción cedió el espacio a otra construcción, y después a una tercera, hasta llegar en 1922 a esta cuarta versión, tras haber vencido incendios, huracanes y terremotos con la misma tenacidad inherente a los hijos de esta tierra.
Fue el ilustre “arquitecto municipal” Carlos Segrera Fernández (Santiago de Cuba 1880-1922), quien logra transformar la vetusta edificación de entonces, con la imagen ecléctica que la jerarquizaría entre las majestuosas construcciones surgidas mediante el proceso renovador del céntrico Parque Céspedes, en el primer cuarto del siglo XX.
Entre los cambios, exteriormente “la terminación de los miradores la conformaban vistosas cúpulas rematadas por cupulinos con lucernarios, las cuales, conjuntamente con el domo de la nave central y la escultura del arcángel Gabriel, propician la visibilidad del edificio catedralicio desde cualquier punto del antiguo núcleo urbano…
“El diseño de los interiores de la Catedral también se debe a su quehacer, al colocar y decorar los falsos techos con pinturas y ornamentos, donde se aprecia un fuerte trabajo de moldeado, tanto con la técnica del yeso, como en la de papier maché…
“La Catedral (…), vio sustituida su modesta apariencia colonial por otra más elaborada y refinada”. Así resumen los cambios en su libro Carlos Segrera. Arquitecto, iniciador del progreso arquitectónico y urbanístico de Santiago de Cuba en el siglo XX, las arquitectas Marta Lora Álvarez (Guantánamo 1953-Santiago de Cuba 2005) y Carmen Lemos Frómeta (Santiago de Cuba, 1973).
Desde entonces y hasta hoy, afectaciones causadas posteriormente por nuevos fenómenos naturales, siniestros accidentales y remodelaciones planificadas, exigieron diversas acciones, pero ninguna tuvo la profundidad de la iniciada con motivo del aniversario 500 de la villa, y cuya culminación coincide con la anunciada visita del Sumo Pontífice de la Iglesia Católica.
RECUPERACIÓN DEL ESPLENDOR
“Solo una reconstrucción capital de la Catedral, podía enfrentar la situación constructiva presentada con el paso del tiempo en algunas sesiones, y el colapso provocado por el huracán Sandy en sitios como las torres y cupulinos”, afirma el ingeniero Fausto Veloz García, responsable de inversiones y construcciones del Arzobispado de Santiago de Cuba.
Por su alta complejidad la intervención comenzó hace dos años y medio por la cúpula mayor, cuyas 40 nervaduras de madera dura, tambores, cupulino, forro y cruz colapsados, representaban un reto sin precedente alguno, de ahí que no obstante los 25 metros de altura decidieran asumirlo como en su construcción original artesanalmente, empleando andamios, petacas, cubos y sogas.
“Contamos con la valiosa asesoría de especialistas italianos, de La Habana y la Universidad de Oriente —refiere Fausto Veloz, pero resultó decisiva la maestría de nuestros carpinteros, mecánicos y albañiles, su destreza en la conformación de los elementos de madera y metálicos, así como el dominio de materiales de última generación.
“Tenemos cúpula para un siglo más. Exteriormente hasta el forro de cobre está concluido, y en el interior nuestros restauradores han devuelto el esplendor a su bello decorado que constituye la taza de oro de la Catedral, junto al precioso trabajo en madera del coro canónico reservado al séquito, detrás del altar de mármol de Carrara que ocupará el Papa”.
La intensa labor también comprendió toda la albañilería, la sustitución de los sistemas hidrosanitario y eléctrico, el empleo de más de 120 metros cúbicos de madera, la instalación de un moderno sistema de protección contra incendios que incluye los pararrayos, y la pintura acorde con el anillo fundacional de la otrora villa.
En
igual sentido fueron restaurados los santos y su vestuario, el decorado
de paredes, lienzos, cuadros y mantas. Se cuenta con nuevas alfombras,
un moderno equipamiento de audio, luces decorativas y un sistema de
campana gobernado por una computadora, a la cual se acoplarán dos
relojes de torres que acorde con las campanas marcarán la hora exacta.
“Las autoridades religiosas han estado al tanto de la obra —enfatiza Veloz García—, y en ellas reina el regocijo de mostrar este estado constructivo de excelencia no solo cuando el Santo Padre se reúna en el salón con unas mil personas, sino también cuando se dirija desde el balcón a la representación del pueblo santiaguero presente en el Parque Céspedes”.
UNA HISTORIA RELEVANTE
Junto a esos valores que la convierten en pieza imprescindible del decursar arquitectónico de la ciudad, la Catedral atesora por siglos hechos que por derecho propio la insertan en un ámbito cuya trascendencia política, religiosa y social le deparan un lugar relevante en la historia de la nación.
“Se trata de un templo extraordinario —destaca el arquitecto Omar López Rodríguez, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad—, que además de Iglesia Catedral posee los títulos de Metropolitana y Basílica, que como es de imaginar en sus inicios acogió a las principales autoridades eclesiásticas de Cuba.
Preservando lo relevante, aunque el edificio sea más reciente aquí se conserva la obra del Santo Ecce Homo, una pintura milagrosa del siglo XVII que es considerada la más antigua de Cuba, y aquí están enterrados los restos del adelantado Diego Velázquez y de varios obispos y arzobispos del país.
De igual forma, se dice que aquí nació la música cubana, porque aunque murió cuando el edificio estaba en construcción, es en este espacio donde el músico cubano Esteban Salas, sacerdote y maestro de capilla de la catedral santiaguera, compuso las misas, cantatas y villancicos reconocidas como las primeras composiciones de nuestra música.
“Todo ello se aprecia —destaca Omar López—, en ese trabajo realizado por el equipo multidisciplinario que ha encabezado el ingeniero Fausto Veloz, y que por la complejidad de determinadas acciones ha tenido junto a la asesoría extranjera, la participación de la Oficina del Conservador y de un grupo de artistas santiagueros.
“A su vez —añade—, no debe olvidarse que en este entorno se encuentra la Casa de Diego Velázquez, igualmente considerada la más antigua de Cuba, que fue en esta plaza donde en un difícil momento del fin de la dominación española, donde en 1898 se baja la bandera de España y se iza la de Estados Unidos.
“Pero reivindicando ese hecho, es también aquí que el 1ro. de enero de 1959 el Comandante en Jefe Fidel Castro proclama el triunfo de la Revolución y por vez primera ondea libre y soberana la bandera cubana, desde el mismo Ayuntamiento que 25 años después, el 1ro. de enero de 1984, le entrega el título honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Antonio Maceo, a la ciudad de Santiago de Cuba”.
Por todo ello, al dirigirse desde el balcón central de la Catedral a una representación del pueblo santiaguero presente en esta plaza, bendecida por tantos acontecimientos trascendentales de la Patria, el Papa Francisco estará sumando otra página a la gloriosa historia de Santiago de Cuba.
“Las autoridades religiosas han estado al tanto de la obra —enfatiza Veloz García—, y en ellas reina el regocijo de mostrar este estado constructivo de excelencia no solo cuando el Santo Padre se reúna en el salón con unas mil personas, sino también cuando se dirija desde el balcón a la representación del pueblo santiaguero presente en el Parque Céspedes”.
UNA HISTORIA RELEVANTE
Junto a esos valores que la convierten en pieza imprescindible del decursar arquitectónico de la ciudad, la Catedral atesora por siglos hechos que por derecho propio la insertan en un ámbito cuya trascendencia política, religiosa y social le deparan un lugar relevante en la historia de la nación.
“Se trata de un templo extraordinario —destaca el arquitecto Omar López Rodríguez, director de la Oficina del Conservador de la Ciudad—, que además de Iglesia Catedral posee los títulos de Metropolitana y Basílica, que como es de imaginar en sus inicios acogió a las principales autoridades eclesiásticas de Cuba.
Preservando lo relevante, aunque el edificio sea más reciente aquí se conserva la obra del Santo Ecce Homo, una pintura milagrosa del siglo XVII que es considerada la más antigua de Cuba, y aquí están enterrados los restos del adelantado Diego Velázquez y de varios obispos y arzobispos del país.
De igual forma, se dice que aquí nació la música cubana, porque aunque murió cuando el edificio estaba en construcción, es en este espacio donde el músico cubano Esteban Salas, sacerdote y maestro de capilla de la catedral santiaguera, compuso las misas, cantatas y villancicos reconocidas como las primeras composiciones de nuestra música.
“Todo ello se aprecia —destaca Omar López—, en ese trabajo realizado por el equipo multidisciplinario que ha encabezado el ingeniero Fausto Veloz, y que por la complejidad de determinadas acciones ha tenido junto a la asesoría extranjera, la participación de la Oficina del Conservador y de un grupo de artistas santiagueros.
“A su vez —añade—, no debe olvidarse que en este entorno se encuentra la Casa de Diego Velázquez, igualmente considerada la más antigua de Cuba, que fue en esta plaza donde en un difícil momento del fin de la dominación española, donde en 1898 se baja la bandera de España y se iza la de Estados Unidos.
“Pero reivindicando ese hecho, es también aquí que el 1ro. de enero de 1959 el Comandante en Jefe Fidel Castro proclama el triunfo de la Revolución y por vez primera ondea libre y soberana la bandera cubana, desde el mismo Ayuntamiento que 25 años después, el 1ro. de enero de 1984, le entrega el título honorífico de Héroe de la República de Cuba y la Orden Antonio Maceo, a la ciudad de Santiago de Cuba”.
Por todo ello, al dirigirse desde el balcón central de la Catedral a una representación del pueblo santiaguero presente en esta plaza, bendecida por tantos acontecimientos trascendentales de la Patria, el Papa Francisco estará sumando otra página a la gloriosa historia de Santiago de Cuba.
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