Por Martha Cabrales AriasSantiago de Cuba, 29 ago.— Las esperadas lluvias asociadas a la tormenta tropical Erika favorecen desde la madrugada a esta provincia oriental y el pronóstico del debilitamiento de ese sistema deviene la mala noticia del día para sus habitantes.
El Consejo de Defensa Provincial y los
municipales se mantienen activados e imparten orientaciones encaminadas a
evitar pérdidas humanas y materiales, aunque prevalece entre las
personas el anhelo de que las precipitaciones alivien la carencia de
agua debido a la severa sequía que afecta al territorio.
Por el momento los aguaceros se han detenido tras bendecir la tierra sedienta en las primeras horas de este sábado, cuando los santiagueros despertaron con la insólita y casi olvidada sensación de oír y ver caer ese regalo de la Naturaleza.
Ante el estado deprimente de sus 11 embalses, que acumulan menos del 30 por ciento de sus capacidades, la fase de alerta decretada este viernes por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil para esta provincia y las de Guantánamo, Granma y Holguín trajo una encontrada expectativa para los lugareños.
De todas maneras, cuando aún están frescas las vivencias de la catástrofe ocasionada por el huracán Sandy hace apenas tres años, las precauciones acompañan estas horas de espera y se ponen a buen recaudo personas y bienes materiales que habitan sitios vulnerables, junto a la limpieza para evitar obstrucciones.
También fue aplazada la entrada de estudiantes a los centros internos, fueron activados 12 centros de evacuación y se alistaron unidades quirúrgicas para el traslado a sitios de difícil acceso.
Las decisiones apuntan igualmente a preservar elementos relacionados con la zafra cafetalera, recién iniciada en la provincia mayor productora del grano en el país, junto a otras previsiones en el puerto Guillermón Moncada para proteger las mercancías y ante posibles inundaciones y deslizamientos de tierra en diversos sitios.
El parte meteorológico del mediodía dará una idea actualizada de la trayectoria de esa tormenta que "amenaza" con venir a menos y convertirse apenas en una depresión tropical o acaso una sencilla onda, lo cual confirmaría el mal augurio para quienes aguardan por más de ella.
Por el momento los aguaceros se han detenido tras bendecir la tierra sedienta en las primeras horas de este sábado, cuando los santiagueros despertaron con la insólita y casi olvidada sensación de oír y ver caer ese regalo de la Naturaleza.
Ante el estado deprimente de sus 11 embalses, que acumulan menos del 30 por ciento de sus capacidades, la fase de alerta decretada este viernes por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil para esta provincia y las de Guantánamo, Granma y Holguín trajo una encontrada expectativa para los lugareños.
De todas maneras, cuando aún están frescas las vivencias de la catástrofe ocasionada por el huracán Sandy hace apenas tres años, las precauciones acompañan estas horas de espera y se ponen a buen recaudo personas y bienes materiales que habitan sitios vulnerables, junto a la limpieza para evitar obstrucciones.
También fue aplazada la entrada de estudiantes a los centros internos, fueron activados 12 centros de evacuación y se alistaron unidades quirúrgicas para el traslado a sitios de difícil acceso.
Las decisiones apuntan igualmente a preservar elementos relacionados con la zafra cafetalera, recién iniciada en la provincia mayor productora del grano en el país, junto a otras previsiones en el puerto Guillermón Moncada para proteger las mercancías y ante posibles inundaciones y deslizamientos de tierra en diversos sitios.
El parte meteorológico del mediodía dará una idea actualizada de la trayectoria de esa tormenta que "amenaza" con venir a menos y convertirse apenas en una depresión tropical o acaso una sencilla onda, lo cual confirmaría el mal augurio para quienes aguardan por más de ella.
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