Llevado al cine, el teatro, la animación y la televisión, "Papobo" es uno de los cuentos de la literatura infantil cubana que ha marcado la trayectoria del Guiñol Santiago. La obra se estrena en la Sala Mambí durante todo los fines de semana de septiembre.
Santiago de Cuba, 3 sep.— Cuando en octubre de 2012 "Papobo" estaba a punto de salir en busca de una muñeca para su hermana, sucesos inesperados le dieron un giro a su historia. Según evoca Rafael Meléndez, director general del guiñol santiaguero el ciclón Sandy un mes antes de estrenar la obra "acabó con el teatro y destruyó todos los muñecos que se habían diseñado, muchos de los cuales no pudieron recuperar su forma original"
Unificar la familia de Papobo, este infante de la Cuba colonial es la aventura que ocupa por estos días, al Guiñol Santiago a pesar de que aún subyace ese afán por recuperar aquel negrito bembón con facciones exageradamente grandes que había confeccionado Wash con sus propias manos. Pero el espectáculo debía continuar y no había mejor obra para celebrar los 53 años del grupo que ésta, montada durante las épocas fundacionales de 1964.
Creada en septiembre de 1961 la compañía está entre las primeras de su tipo surgidas tras el triunfo revolucionario y desde tiempos tan distantes encontró en Papobo el éxito con el cual recorrió varios países del mundo.
Checoslovaquia, Polonia y más de diez provincias de España conocieron sobre las travesuras de este niño con el cual ha obtenido la agrupación innumerables reconocimientos en festivales de teatro para títeres.
Esta adaptación de Rafael Meléndez humaniza otra vez el personaje literario de David García, para un estreno que estará en cartelera durante el mes de septiembre en la Sala Mambí de Santiago de Cuba.
Según nos cuenta su director "el niño quiere darle a toda costa una muñeca a su hermana. En la ciudad hay muchos vendedores, que interesados en él dinero, no son tan humanos como el pequeño"
Ante tantos obstáculos Papobo halla en el viejo Arará la respuesta a sus búsquedas. "Tras un recorrido por el bosque, se encuentra con animales que lo conducen hasta el anciano, quien le entrega un pedazo de madera y un cuchillo para crear", argumenta Meléndez.
A la savia del esclavo cimarrón se une a la banda sonora de Alejandro Zamora para compartir una enseñanza enriquecida esta vez con elementos del folclor y la cultura popular.
"El mensaje es que el niño tiene que hacer cosas, no se puede quedar sin hacer nada porque con cualquier muñequito, cualquier palito puede empezar a inventar y crear en su mundo cosas maravillosas", se refiere el director de la puesta en escena.
Para la actriz que interpreta a Papobo, Maria Antonia Fong "es algo muy hermoso eso de trabajar para los niños, pero cree que hay que ser muy exigente con uno mismo sobre todo nosotros que trabajamos las diferentes técnicas vocales de la actuación. Quizás para algunos esto sea solo un muñeco, comenta, pero a la vez hay que hacerlo vivir, llorar, reír, saltar; emociones que igualmente debe sentirla el actor"
Aunque la obra original se desarrolla en La Habana, durante la etapa de las Navidades esta es una adaptación que al decir de su elenco tiene su toque, su africanía, sus modos y costumbres apegados al santiaguero.
Si bien no se desarrolla en la época en que estaba la Catedral primada de Cuba, el director abundó que se ha querido simbólicamente que la ciudad esté representada con los pregones, el carnaval, y hasta La tahona de la Tumba Francesa.
Más allá de su contenido cultural el Guiñol Santiago enfatiza en la moraleja, que tiene la historia y que debe llegar al corazón de los niños. "Es una obra donde la idea central es el amor, el amor hacia la familia, hacia los amigos y donde se vence el egoísmo", elementos que al entrevistar a Rafael Meléndez su director cree fueron imprescindibles para superar contextos tan terribles como el huracán Sandy.
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