Santiago de Cuba, 27 feb.— Este 27 de febrero se conmemora el aniversario 140 de la caída en combate de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, en la localidad de San Lorenzo. Los santiagueros en representación del pueblo cubano le rindieron tributo ante la tumba donde reposan sus restos en el Cementerio Santa Ifigenia.
Cuentan que un baño matutino en el río, una partida de ajedrez, una cefalea migrañosa y un sorbo de café en el bohio de Panchita Rodríguez, fueron los últimos actos humanos del Padre de la Patria, antes de subir por una pequeña colina en San Lorenzo defendiéndose sin escoltas y casi ciego del 5to Batallón de San Quintín. Al caer por un barranco se inmortalizó el hombre que trascendió a la historia cubana como el Padre de la Patria.
A 140 años de su muerte decenas de santiagueros se adentraron en el pasillo central del patio A en el Cementerio Santa Ifigenia para llegar hasta la tumba llena de simbolismo. Aquí la patria agradecida eterniza el homenaje a Céspedes, pero cada 27 de febrero estudiantes, trabajadores y militares rinden respeto desde lo humano al Padre de la Patria.Miembros de la Unidad de la Guardia de Honor iniciaron el tributo con el depósito de una ofrenda a título del pueblo de Cuba. También aquí se detallaron algunos episodios de la vida de Céspedes y el canto selló el momento evocando la valentía de los criollos cubanos en su lucha anticolonialista.
Por eso cuando todos marchan a su rutina diaria después de este acto, al final del pasillo central del camposanto santiaguero queda el eterno homenaje a un hombre de desprendimientos materiales y de servicio interminables a Cuba que le acompaña no sólo en su pétrea imagen, si no también en el recuerdo de todas las generaciones.
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