Adriana Pérez, esposa del antiterrorista Gerardo Hernández, visitará Bolivia a finales de agosto con la intención de dar a conocer la situación de su compañero, uno de los cinco cubanos prisioneros injustamente en Estados Unidos.
Según Leila Pérez, presidenta del Movimiento de Solidaridad con Cuba en Bolivia, Adriana Pérez arribará al país andino el venidero 21 de agosto, en una visita que se extenderá hasta el 26, luego de tres días de estancia en Perú.
"La visita de Adriana constituye una gran noticia para nosotros, porque nos permite dar a conocer en nuestro país la situación de los Cinco -como se conoce
a los antiterroristas cubanos- y escucharlo de la voz de una de las víctimas", enfatizó Pérez en exclusiva a Prensa Latina.
Para la presidenta del Movimiento de Solidaridad con Cuba, "Adriana también es víctima, porque su familia ha sido doblemente victimizada, y a ella se le ha negado reiteradamente la visa para visitar a su esposo".
Leila Pérez considera "trascendental escuchar de la fuente más cercana la situación de Gerardo, la más difícil entre todos sus compañeros prisioneros, y ahondar esfuerzos que lleguen a oídos del gobierno yanqui con la intención de conseguir su liberación".
Al mismo tiempo, considera esencial "lograr que muchas personas se sumen acá a la causa de los Cinco".
La esposa de Gerardo Hernández tendrá reuniones con integrantes del Movimiento de Solidaridad, con miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional y con dirigentes del Estado, según Pérez.
Gerardo Hernández fue condenado en 2001, por la Corte del estado de La Florida, a dos cadenas perpetuas más 15 años de cárcel y aún permanece en prisión, lo mismo que otros tres de sus compañeros de causa, pese a la fuerte presión internacional para que el gobierno estadounidense los libere.
El otro antiterrorista, René González, ya salió de la prisión, pero debe permanecer en Estados Unidos hasta tanto no cumpla su período de libertad condicional.
Los Cinco fueron detenidos en septiembre de 1998 cuando monitoreaban los planes de organizaciones terroristas financiadas por Estados Unidos y asentadas en el sur de la Florida, con la intención de informar de los mismos a las autoridades cubanas. La anónima actividad de los Cinco permitió frustrar numerosas acciones que iban desde el ingreso ilegal de armas a Cuba y la voladura de aviones civiles en pleno vuelo, hasta la preparación de atentados contra la vida de los principales dirigentes de la Revolución.
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