Alrededor de 12 mil toneladas de caña debe entregar al central Julio Antonio Mella la Cooperativa de Producción Agropecuaria(CPA), Jesús Suárez Gayol del municipio de San Luis, de esta cifra, unas cinco mil se aportarán por 45 macheteros habituales, desde el corte manual.
Cuando apenas se veían por entre las nubes los primeros rayos del sol, llegó un equipo de TV Santiago a una de las cinco áreas de corte, allí estaban, según las voces de muchos socios de la unidad, los dos mejores jóvenes macheteros de la brigada.
¨Llegué a la cooperativa hace dos años, o sea, es esta mi segunda zafra y fue una empatía inmediata la que sentimos desde entonces Arcilio y yo¨, fueron estas las primeras palabras que escribí en mi agenda, provenientes del joven de 22 años Yulieski González Rivera.
¨Yulieski es puntual, disciplinado y productivo¨ afirma Arcilio Torres Fuentes, ¨y como a mí me agradan las personas así, hicimos un binomio perfecto¨
Estos dos jóvenes, tienen una norma diaria de 1.5 toneladas a cortar, pero casi la tenían olvidada ante mi pregunta, ¨es que todos los días entregamos entre 1.9 o 1.10 y a veces no recordamos cuál es el plan¨, comenta Yulieski, cuyo rostro a medida que nos adentrábamos en la conversación se me hacía más conocido hasta que por fin me percaté de la familiaridad.
¨ Bailo en una peña de Regguetón que tenemos creada en mi barrio y nos presentamos frecuentemente con nuestras coreografías en la plaza de la ciudad para alegrar las tardes de una buena parte de la juventud sanluisera, por eso usted me ha visto en otra parte¨ , me dijo mientras sonreía.
Arcilio por su parte me confesó que a sus 29 años le interesa más compartir con la familia ¨cuando termina el trabajo mi esposa y mis dos hijos pequeños son mi mayor alegría, las energías que gasto aquí en el corte las recupero mimándolos y amándolos¨.
Yulieski y Arcilio, desde que inició la zafra en la CPA Jesús Suárez Gayol de San Luis, han sido seleccionados ininterrumpidamente como la mejor pareja joven en el corte manual.
Dos jóvenes de estos tiempos con intereses personales diferentes, pero que a la hora de trabajar se entienden ¡y de qué manera! Ambos confesaron gustarle lo que hacen y sentirse fuertes para asumir la tarea que reconocen difícil.
El trabajo los ha hecho buenos amigos y los ha engrandecido como seres humanos, de eso no me quedó la menor duda cuando me marché de uno de los sitios más especiales para Yulieski y Arcilio, el cañaveral.
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