Según investigaciones realizadas, en Cuba existen más de 2 mil 500 personas con más de 100 años y entre ellos hay más mujeres que hombres ¿Será acaso que la definición del sexo fuerte ha cambiado?.... En un manso hogar del reparto Altamira, en Santiago de Cuba, vive una super-centenaria, que al parecer, ha bebido en la fuente de la eternidad.
Candelaria Guibert Ducasse, cumplió 105 años este 2 de febrero, por lo que ha visto al sol asomar más de 38 mil veces… Hija de un combatiente mambí, nació en 1907 en una pequeña finca de La Caridad de Dos Palmas, donde quedó huérfana temprano y años más tarde, junto a su esposo, sufrió la penuria del campo y el abrasador calor de los hornos de carbón.
En la ciudad donde hoy reside tuvo que lavar y planchar grandes bultos de ropa, para garantizar el sustento de los suyos. Así moldeó su carácter esta longeva santiaguera que eligió el trabajo como su principal proyecto de existencia, "porque laborar siempre la mantuvo viva" —según exclama con voz todavía clara—. Y así constituyó su familia de cinco hijos, veintidós nietos y un número apreciable de biznietos y otros descendiente. Todos maravillosos para ella, aunque de los últimos a veces olvida los nombres.
En Candelaria no tuvieron cabida nunca la desobediencia, la inutilidad y la deshonra. Su longevidad es obra de la Madre Natura, pero ayudada con un estilo de supervivencia activo, mucho auto—cuidado y una familia y vecinos amorosos, que le dan afecto y atienden en sus necesidades. Pero lo que más llena la fórmula de longevidad de esta dulce abuelita de 105 años, son su optimismo y el gran sentido de la vida.
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