Por Lisandra Fariñas Acosta/Foto Endrys Correa Vaillant
Santiago de Cuba, 21 feb.— «Potenciar el trabajo en la comunidad y con las familias, desde la atención primaria de salud, para que reconozcan cuáles son los signos de alarma ante los cuales debe acudirse de inmediato al médico, la capacitación de los profesionales del sector con vistas a disminuir las infecciones en esta primera etapa de la vida, el fomento de la lactancia materna…»; son razones que con certeza enumera la doctora Yofaidy Pérez Medina, especialista en Pediatría y jefa de la sección del Programa Materno Infantil en la dirección provincial de Salud de Santiago de Cuba, cuando se indaga por las causas que permiten afirmar hoy que en este territorio del país se ha consolidado la atención a los más pequeños de casa.
Al cierre del 2017, Santiago de Cuba se alzaba con la segunda mortalidad infantil más baja de la historia de esa provincia (4,0 por cada mil nacidos vivos); pero con la peculiaridad de que se reportaron 49 defunciones en menores de un año, la menor cifra de todos los tiempos en el territorio.
«No tuvimos niños en la terapia intensiva que llegaran en una etapa tardía al hospital», afirmó.
La consolidación de resultados va incluso más allá de la provincia, en tanto los especialistas santiagueros han contribuido a la atención de los niños de la región oriental del país, en áreas como la terapia intensiva pediátrica.
En el 2018 se trabaja en la extensión comunitaria del Banco de Leche materna provincial y la apertura en el hospital infantil sur de una sala de atención pediátrica al politraumatizado, lo cual convertiría a Santiago en la tercera provincia del país con ese servicio. Asimismo, se dedican esfuerzos a la prevención de accidentes, que aún constituyen la causa principal por la que fallecen los niños en edad preescolar, escolar y la adolescencia, concluyó.
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