Santiago de Cuba, 16 jul.— Desde la propia constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre de 1976 la presencia de Fidel en este órgano ha sido imprescindible, orientando, alertando, convocando, proponiendo y estimulando a perfeccionar la obra de la Revolución.
La vida le dio la posibilidad a él como
líder indiscutible y a nosotros como pueblo de haber compartido momentos
cumbres desde el parlamento.
Fue así que en el 76, con muchos bríos y sueños afirmaba "En este instante el gobierno revolucionario transfiere a la asamblea nacional el poder que desempeñó hasta hoy, con ello, el consejo de ministros pone en manos de esta asamblea las funciones constituyentes y legislativas que ejerció durante casi 18 años que es el periodo de más radicales y profundas transformaciones políticas y sociales en la vida de nuestra Patria. Que la historia juzgue objetivamente esta época", aseguraba entonces Fidel.
Ya transcurrido varios años con el paso lento, encorvado por el tiempo y desde el permanente escaño de la vida en la actual octava legislatura que tuvo sus inicios el 24 de Febrero del 2013, el Comandante en Jefe se dirigió al plenario en las que serían sus últimas palabras en el parlamento.
Fue así que en el 76, con muchos bríos y sueños afirmaba "En este instante el gobierno revolucionario transfiere a la asamblea nacional el poder que desempeñó hasta hoy, con ello, el consejo de ministros pone en manos de esta asamblea las funciones constituyentes y legislativas que ejerció durante casi 18 años que es el periodo de más radicales y profundas transformaciones políticas y sociales en la vida de nuestra Patria. Que la historia juzgue objetivamente esta época", aseguraba entonces Fidel.
Ya transcurrido varios años con el paso lento, encorvado por el tiempo y desde el permanente escaño de la vida en la actual octava legislatura que tuvo sus inicios el 24 de Febrero del 2013, el Comandante en Jefe se dirigió al plenario en las que serían sus últimas palabras en el parlamento.
Más adelante afirmaba. “En la desigual lucha que hemos vivido desde 1959 nuestro pueblo ha demostrado la capacidad de resistir y vencer, sí porque cada año de resistencia fue una victoria que nuestro pequeño país tiene derecho a proclamar. No luchamos por glorias, ni honores, luchamos por ideas que consideramos justas a las que herederos de una larga lista de ejemplos, millones de cubanos han consagrado su juventud y su vida”.
Concluía el líder su intervención de saludo a los diputados de la presente Octava legislatura expresando. "En el 118 aniversario del Grito de Baire y el 160 del natalicio de nuestro héroe nacional, me complace rendir tributo al revolucionario, antiimperialista y bolivariano que sembró en nuestros jóvenes las primeras semillas del deber". Los parlamentarios puestos de pie lo ovacionamos largamente con esa sensación enorme que ha dejado entre nosotros de compromiso y despedida.
Las sesiones que continuaron en la asamblea nacional hasta hoy trajeron sin embargo la innegable realidad de los imprescindibles, esos que están siempre aunque físicamente hayan partido.
Fidel estará siempre en el parlamento cubano que fundó y prestigió con su ejemplo, en sus cálidos recuerdos que llegan ante cada tema cargados de sabiduría, compromiso con el pueblo y optimismo.
Por ello al concluir la Novena sesión Ordinaria de la Octava legislatura Raúl al hacer las conclusiones este 14 de Julio significó. “Al celebrar el día de la rebeldía nacional, por primera vez sin la presencia física del Comandante en Jefe de la revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, propongámonos enfrentar los nuevos retos bajo la guía de su ejemplo, intransigencia revolucionaria y la fe permanente en la victoria.
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