Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 27 sep.— La leyenda
del Caballo de Troya es hartamente conocida a través de los relatos del
poeta Homero sobre a guerra por más de 10 años de griegos y troyanos, se
puede decir que por causa doméstica.
Supuestamente derrotados, los griegos dejaron abandonado un enorme caballo de madera que fue considerado por los troyanos como símbolo de la victoria, por lo que el gigantesco alazán fue introducido ingenuamente dentro de la amurallada e inexpugnable Troya, lo que fue acompañado de grandes festejos públicos.
Pero dentro del vientre del enorme cuadrúpedo se encontraba el mítico Ulises con algunos de sus hombres que aprovechando la madrugada y la embriaguez de los troyanos, salieron del caballo, abrieron los portones de la muralla, incendiaron la ciudad y diezmaron a sus habitantes. Así cayó la inexpugnable Troya.
Y esa es la historia que pretende repetir Estados Unidos en Cuba a través de la ONG World Learning, ofreciendo oportunidades de aprendizaje en ese país a estudiantes de la isla entre 16 y 18 años, supuestamente para ayudarlos mediante la educación y el intercambio a prepararse para el desarrollo futuro de su patria.
Loable fin el de la World Learning si no fuera porque detrás de sus buenas intenciones, se esconden sus verdaderos e infames propósitos de convertir a esos muchachos en caballos de Troya, que después de debidamente adoctrinados en Estados Unidos como líderes de la oposición, subvertir el orden interior en la isla para lograr el tan ansiado anhelo de los gobernantes norteamericanos, soñado de hace más de 55 años, de derrotar a la revolución cubana.
Pero Cuba no es Troya ni su pueblo el troyano y mucho menos sus jóvenes que saben y valoran todo lo que el estado revolucionario ha puesto en sus manos para que se eduquen y formen como hombres y mujeres de bien para servir a la patria, a pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo por parte de Estados Unidos desde hace más de medio siglo, siendo el sector educacional uno de los más afectados.
Cuba no se opone a los intercambios académicos entre sus estudiantes y los de Estados Unidos, de hecho existen y seguirán existiendo siempre y cuando se hagan legalmente por los beneficios que pueden resultar de estos programas para las dos naciones sobre la base del respeto a la soberanía y autodeterminación de nuestro pueblo como única condición.
Si la World Learning quiere realmente ayudar a Cuba, al desarrollo futuro de nuestros jóvenes, que levante su voz y apele a sus influencias para que se elimine el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene su país sobre la isla desde hace más de 50 años. Nuestros estudiantes se lo agradecerían. De lo contrario que se vaya son sus ilegales intenciones hacia otra parte, porque aquí no encontrarán los caballos de Troya entre los jóvenes para derrotar a la revolución cubana.
Supuestamente derrotados, los griegos dejaron abandonado un enorme caballo de madera que fue considerado por los troyanos como símbolo de la victoria, por lo que el gigantesco alazán fue introducido ingenuamente dentro de la amurallada e inexpugnable Troya, lo que fue acompañado de grandes festejos públicos.
Pero dentro del vientre del enorme cuadrúpedo se encontraba el mítico Ulises con algunos de sus hombres que aprovechando la madrugada y la embriaguez de los troyanos, salieron del caballo, abrieron los portones de la muralla, incendiaron la ciudad y diezmaron a sus habitantes. Así cayó la inexpugnable Troya.
Y esa es la historia que pretende repetir Estados Unidos en Cuba a través de la ONG World Learning, ofreciendo oportunidades de aprendizaje en ese país a estudiantes de la isla entre 16 y 18 años, supuestamente para ayudarlos mediante la educación y el intercambio a prepararse para el desarrollo futuro de su patria.
Loable fin el de la World Learning si no fuera porque detrás de sus buenas intenciones, se esconden sus verdaderos e infames propósitos de convertir a esos muchachos en caballos de Troya, que después de debidamente adoctrinados en Estados Unidos como líderes de la oposición, subvertir el orden interior en la isla para lograr el tan ansiado anhelo de los gobernantes norteamericanos, soñado de hace más de 55 años, de derrotar a la revolución cubana.
Pero Cuba no es Troya ni su pueblo el troyano y mucho menos sus jóvenes que saben y valoran todo lo que el estado revolucionario ha puesto en sus manos para que se eduquen y formen como hombres y mujeres de bien para servir a la patria, a pesar de las limitaciones impuestas por el bloqueo por parte de Estados Unidos desde hace más de medio siglo, siendo el sector educacional uno de los más afectados.
Cuba no se opone a los intercambios académicos entre sus estudiantes y los de Estados Unidos, de hecho existen y seguirán existiendo siempre y cuando se hagan legalmente por los beneficios que pueden resultar de estos programas para las dos naciones sobre la base del respeto a la soberanía y autodeterminación de nuestro pueblo como única condición.
Si la World Learning quiere realmente ayudar a Cuba, al desarrollo futuro de nuestros jóvenes, que levante su voz y apele a sus influencias para que se elimine el bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene su país sobre la isla desde hace más de 50 años. Nuestros estudiantes se lo agradecerían. De lo contrario que se vaya son sus ilegales intenciones hacia otra parte, porque aquí no encontrarán los caballos de Troya entre los jóvenes para derrotar a la revolución cubana.
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