Por Noris Rosado FigueredoSantiago de Cuba, 9 may.— Hay personas que aun después de muertas reflejan luz y continúan vivas en el corazón del pueblo cubano. Este es el caso de Celia Sánchez Manduley, la Flor Autóctona de la Revolución, nacida hace 96 años, el 9 de mayo de 1820, en Media Luna, en la hoy provincia Granma.
Los que la conocieron personalmente, la
califican de rebelde, desde edad muy temprana, pero a la vez la
enaltecen por su humanismo, fidelidad y principios martianos.
Junto a su padre, el doctor Sánchez, subió hasta el Pico Turquino, la elevación más alta de Cuba, para llevar un busto de José Martí, realizado por la escultora Gilma Madera.
Luego del golpe de estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo, le heroína del llano y la sierra, intensificó su actividad contra el tirano.
Fue Celia, quien en colaboración con Frank País García, trabajó en los preparativos para el desembarco del Yate Granma, dirigido por Fidel Castro Ruz.
Luego se vio obligada a subir a la Sierra Maestra, para incorporarse definitivamente a la lucha armada e integró el Pelotón Femenino Mariana Grajales.
A partir del triunfo revolucionario de enero de 1959, Celia desarrolló importantes tareas dentro del Consejo de Estado y de Ministros, hasta su deceso, el 11 de enero de 1980.
A la Flor Autóctona de la Revolución Cubana, el cariño y el recuerdo de todos los cubanos.
Junto a su padre, el doctor Sánchez, subió hasta el Pico Turquino, la elevación más alta de Cuba, para llevar un busto de José Martí, realizado por la escultora Gilma Madera.
Luego del golpe de estado de Fulgencio Batista, el 10 de marzo, le heroína del llano y la sierra, intensificó su actividad contra el tirano.
Fue Celia, quien en colaboración con Frank País García, trabajó en los preparativos para el desembarco del Yate Granma, dirigido por Fidel Castro Ruz.
Luego se vio obligada a subir a la Sierra Maestra, para incorporarse definitivamente a la lucha armada e integró el Pelotón Femenino Mariana Grajales.
A partir del triunfo revolucionario de enero de 1959, Celia desarrolló importantes tareas dentro del Consejo de Estado y de Ministros, hasta su deceso, el 11 de enero de 1980.
A la Flor Autóctona de la Revolución Cubana, el cariño y el recuerdo de todos los cubanos.
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