Una fórmula para la longevidad + Fotos

Santiago de Cuba, 5 feb.— Cuando llegamos a su casa y nos recibió con sonrisa picaresca, supimos que Emilia Clavel escondía un preciado secreto. Ella ha descubierto la fórmula para la longevidad. Tiene 105 años cumplidos.

Cuando ya la vista no acompaña y la memoria vuela lejos, sólo los retratos devuelven los colores a los recuerdos.

Sosteniéndolos con manos temblorosas nos cuenta cuánto trabajó durante su juventud para ayudar a sus padres en su finca.

Finalmente Emilia accedió a revelarnos su secreto. Es simple.

"¿Qué por qué he vivido tanto tiempo? –pregunta con la ingenuidad de una segunda infancia- porque siempre he tenido una vida tranquila con mis hijos y mis nietos. Ellos son muy especiales. Son buenísimos, me quieren mucho y siempre me han cuidado".

Todo lo mejor de tanta vida acumulada cabe en un beso.

Sus 8 hijos y 24 nietos mucho saben de ello. Hoy acompañan sus pasos inciertos, distintos de aquellos que la llevaban tras sus retoños cuando alfabetizaban en la serranía. Han recibido el legado de una vida difícil con muchas historias a cuesta.

"Yo aprendí un poquito, pero nunca pude ir a la escuela –nos cuenta Emilia. Mi abuela me daba las clases. Porque la vida de antes no era como ahora que existe esa preocupación porque los niños estudien".

Emilia es, quizás, una de las personas más longevas de Cuba, un país que envejece de prisa. Aunque los centenarios siempre sean noticia, más de 400 habitantes de esta provincia pasan de un siglo de vida y cerca de 170 mil, tienen 60 años o más. Santiago de Cuba es el tercer territorio más envejecido del país.

Esmerada la atención para estos abuelos. El servicio asistencial en la provincia, con 22 instalaciones remozadas, dispone los recursos para una senectud más plena.

El hogar de ancianos América Labadí es un ejemplo de ello. Hasta aquí llegan diariamente cerca de 35 adultos mayores, además de los 92 que acoge de forma permanente. Servicios integrales de atención médica y rehabilitación procuran una mejor calidad de vida.

Emilia podría ser una de ellos. Del mismo modo, desafían los años con una fórmula tan antigua y sencilla como la alegría por vivir.