Por la seguridad de nuestro futuro

Por Dairon O. Caballero Heredia

Palma Soriano, Santiago de Cuba, 16 nov.— Todo comenzó un 17 de noviembre de 1939 en Praga por jóvenes que decidieron entregarse a la defensa de su tiempo. Tiempo envuelto por una ideología torcida, por la oscuridad de pensamiento de quienes se pensaron dueños de lo ajeno.

Setenta y seis años después la realidad diferente, por suerte para todos aquellos equivocados se enterraron con su propio error.

Hoy son otras nuestras preocupaciones pero igual el futuro y los cambios de toda época se siguen pensando desde y con la juventud. Por lo tanto, qué pasará en una sociedad en la que muchos de los que deben ser la garantía del mañana se manifiestan desmotivados, sin intención de superarse o sueñan con una vida allende de los mares.

Qué pasará si continúan siendo comunes la superficialidad humana, pensar en tener lo último sin trazar un camino seguro mediante el cual puedan obtenerlo por esfuerzo propio. Los deseos cumplidos, evidentemente no caen del cielo. Y tampoco son eternos.
 

Estudiar en Cuba más que un derecho es un privilegio de todos. De ahí que saberlo aprovechar sea decisión de cada cual. Es cierto, el recorrido es extenso pero al menos se obtiene el conocimiento para hacer algo productivo y honesto en la vida.

Obrero calificado, técnico medio o universitario, lo importante es estudiar y formar capacidades, comprender que ser estudiante es un sueño que en muchos otros países aún hoy es defendido hasta las últimas consecuencias.

El destino de Cuba está precisamente en la preparación, habilidades y superación de su gente para producir un futuro asegurado. Por eso, en el día del estudiante es valida la reflexión: tan importante es estar a la moda como vestir la mentalidad de un pensamiento crítico, aterrizado a su realidad.