Por Mariano Aldana Villalón
Santiago de Cuba, 19 oct.— En la provincia y un poco más allá, el nombre de Rubel Zamora Pereira es punto de referencia para aquellas personas que hacen producir la tierra con prácticas agroecológicas.
Santiago de Cuba, 19 oct.— En la provincia y un poco más allá, el nombre de Rubel Zamora Pereira es punto de referencia para aquellas personas que hacen producir la tierra con prácticas agroecológicas.
El palmero es casi fundador del
movimiento popular de la agricultura urbana. Ingeniero en automatización
y luego profesor en la enseñanza universitaria para los trabajadores
agroindustria azucarera, se fue enamorando poco a poco de esta novedosa
forma de producir alimentos hasta dedicarse totalmente a ella.
Rubel Zamora tiene su pequeño patio en las áreas que separan su edificio de otros inmuebles que se levantan en el reparto Nito Ortega, o Nuevo Palma, como también se le llama.
En su pequeña huerta, Rubel tiene más de una veintena de cultivos, en lo fundamental hortalizas y vegetales.
Además, cuenta con aves, conejos y un reducido estanque, donde cría tilapias.
Por su quehacer en la agricultura urbana ha ido de menos a más. Fue de lo primero en la provincia Santiago de Cuba en alcanzar la Primera Corona de la Excelencia que otorga el Grupo Nacional que impulsa esta popular forma de producir alimentos.
Posteriormente, llegaron la segunda, tercera y cuarta coronas. Esta última la han merecido solo pocos productores en el país.
Rubel no utiliza ningún componente químico en su patio. Los resultados que hoy alcanza se debe en lo fundamental al manejo de la tierra. Las materias orgánica que necesita, las produce el mismo con los residuos de los productos que acopia.
Toda su experiencia la condensó en una interesante ponencia que tituló “Manejo sustentable de la tierra en condiciones de organopónico”.
En si, su estudio, permite combinar varios métodos agroecológicos para proteger el suelo con la finalidad de que pueda rendir más.
De igual forma, con las diferentes formas de regular el agua –se recicla-, los cultivos no carecen del vital líquido para su crecimiento y por ende el rendimiento óptimo de 20 kilogramos por metro cuadrado.
Por eso y mucho más la gente habla la trayectoria de Rubel Zamora Pereira como productor agroecológico. Por eso sirvan también estas líneas para resaltar la labor que durante más de 20 años, este palmero ha puesto bien en alto el nombre de su terruño y de su provincia Santiago de Cuba.
Rubel Zamora tiene su pequeño patio en las áreas que separan su edificio de otros inmuebles que se levantan en el reparto Nito Ortega, o Nuevo Palma, como también se le llama.
En su pequeña huerta, Rubel tiene más de una veintena de cultivos, en lo fundamental hortalizas y vegetales.
Además, cuenta con aves, conejos y un reducido estanque, donde cría tilapias.
Por su quehacer en la agricultura urbana ha ido de menos a más. Fue de lo primero en la provincia Santiago de Cuba en alcanzar la Primera Corona de la Excelencia que otorga el Grupo Nacional que impulsa esta popular forma de producir alimentos.
Posteriormente, llegaron la segunda, tercera y cuarta coronas. Esta última la han merecido solo pocos productores en el país.
Rubel no utiliza ningún componente químico en su patio. Los resultados que hoy alcanza se debe en lo fundamental al manejo de la tierra. Las materias orgánica que necesita, las produce el mismo con los residuos de los productos que acopia.
Toda su experiencia la condensó en una interesante ponencia que tituló “Manejo sustentable de la tierra en condiciones de organopónico”.
En si, su estudio, permite combinar varios métodos agroecológicos para proteger el suelo con la finalidad de que pueda rendir más.
De igual forma, con las diferentes formas de regular el agua –se recicla-, los cultivos no carecen del vital líquido para su crecimiento y por ende el rendimiento óptimo de 20 kilogramos por metro cuadrado.
Por eso y mucho más la gente habla la trayectoria de Rubel Zamora Pereira como productor agroecológico. Por eso sirvan también estas líneas para resaltar la labor que durante más de 20 años, este palmero ha puesto bien en alto el nombre de su terruño y de su provincia Santiago de Cuba.
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