Por Armando Fernández Martí
Santiago de Cuba, 13 oct.— Cuando el 13 de octubre de 1960, hace hoy 55 años, mediante sendos Decretos-Leyes promulgados por el Gobierno Revolucionario, el 890 y el 891, se nacionalizaban todos los intereses que poseía la burguesía criolla de la nación, incluyendo los bancos, Cuba daba un importante paso de avance hacia el establecimiento de la sociedad socialista, que meses después, en abril de 1961, sería proclamada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, durante el entierro a las víctimas de los bombardeos a aeropuertos cubanos, preludio de la invasión por Playa Girón.
Santiago de Cuba, 13 oct.— Cuando el 13 de octubre de 1960, hace hoy 55 años, mediante sendos Decretos-Leyes promulgados por el Gobierno Revolucionario, el 890 y el 891, se nacionalizaban todos los intereses que poseía la burguesía criolla de la nación, incluyendo los bancos, Cuba daba un importante paso de avance hacia el establecimiento de la sociedad socialista, que meses después, en abril de 1961, sería proclamada por el Comandante en Jefe Fidel Castro, durante el entierro a las víctimas de los bombardeos a aeropuertos cubanos, preludio de la invasión por Playa Girón.
Pero además, esas nacionalizaciones eran
la respuesta justa y digna de la revolución a la burguesía criolla, que
se había aliado a Estados Unidos en su política agresiva contra Cuba,
paralizando industrias vitales para la economía del país o dejando de
producir azúcar en los centrales que les pertenecían, entre otras.
El Decreto-Ley 890 expropiaba en favor del Estado cubano 382 empresas industriales y comerciales, entre ellas, 103 centrales azucareros, 47 grandes almacenes, 13 tiendas por departamentos, 18 destilerías, 16 molinos de arroz,11 tostaderos de café, así como fábricas textiles, de productos lácteos, jabonería y perfumería, entre otras no menos importantes.
Por su parte, el Decreto-Ley 891 nacionalizaba 37 bancos propiedades de cubanos, incluyendo las 300 sucursales que estos tenían a lo largo y ancho de la nación. Esa medida creaba las condiciones necesarias para el establecimiento de un nuevo sistema bancario cubano, teniendo en cuenta además que el 17 de septiembre de ese mismo año de 1960, se habían expropiado todos los bancos extranjeros radicados en la isla, la mayoría de ellos subsidiarios de consorcios norteamericanos.
Estas nacionalizaciones del 13 de octubre de 1960 formaban parte asimismo, del proceso de creación de una verdadera economía cubana, ya que el 6 de agosto de ese mismo año, fueron nacionalizados la mayoría de los intereses norteamericanos existentes en el país, entre ellos las refinerías de petróleo ESSO y TEXACO, así como las empresas eléctrica y telefónica, además de 36 centrales azucareros.
Este proceso de expropiación de intereses estadounidenses en Cuba se completaría el 24 de octubre de 1960, cuando fueron nacionalizadas las 166 empresas propiedades de norteamericanos que aún quedaban en el país.
Todo este proceso de nacionalización de los meses de agosto, septiembre y octubre de 1960, tanto de los intereses norteamericanos como de la burguesía criolla, se hizo como legítima defensa de la soberanía del Estado Revolucionario de Cuba, pero además acorde a las leyes internacionales existentes al respecto y con la debida indemnización a las partes, teniendo en cuenta las posibilidades económicas de la nación.
El Decreto-Ley 890 expropiaba en favor del Estado cubano 382 empresas industriales y comerciales, entre ellas, 103 centrales azucareros, 47 grandes almacenes, 13 tiendas por departamentos, 18 destilerías, 16 molinos de arroz,11 tostaderos de café, así como fábricas textiles, de productos lácteos, jabonería y perfumería, entre otras no menos importantes.
Por su parte, el Decreto-Ley 891 nacionalizaba 37 bancos propiedades de cubanos, incluyendo las 300 sucursales que estos tenían a lo largo y ancho de la nación. Esa medida creaba las condiciones necesarias para el establecimiento de un nuevo sistema bancario cubano, teniendo en cuenta además que el 17 de septiembre de ese mismo año de 1960, se habían expropiado todos los bancos extranjeros radicados en la isla, la mayoría de ellos subsidiarios de consorcios norteamericanos.
Estas nacionalizaciones del 13 de octubre de 1960 formaban parte asimismo, del proceso de creación de una verdadera economía cubana, ya que el 6 de agosto de ese mismo año, fueron nacionalizados la mayoría de los intereses norteamericanos existentes en el país, entre ellos las refinerías de petróleo ESSO y TEXACO, así como las empresas eléctrica y telefónica, además de 36 centrales azucareros.
Este proceso de expropiación de intereses estadounidenses en Cuba se completaría el 24 de octubre de 1960, cuando fueron nacionalizadas las 166 empresas propiedades de norteamericanos que aún quedaban en el país.
Todo este proceso de nacionalización de los meses de agosto, septiembre y octubre de 1960, tanto de los intereses norteamericanos como de la burguesía criolla, se hizo como legítima defensa de la soberanía del Estado Revolucionario de Cuba, pero además acorde a las leyes internacionales existentes al respecto y con la debida indemnización a las partes, teniendo en cuenta las posibilidades económicas de la nación.
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