Santiago de Cuba, 10 may.— Cuando somos niños vemos a mamá como la intrépida heroína capaz de librar grandes batallas para mantenernos siempre a salvo… esa valiente que sostiene nuestras manos durante algún tiempo para guiarnos, y a cambio nos regala su corazón para que nos acompañe eternamente.
Un día descubrimos cómo cambió mamá el delineador de ojos por uno de ojeras, las noches de fiesta por la inquietud de una fiebre, o la vida profesional por las canciones infantiles.
Por eso, aunque para ti los honores no se rigen por fechas en el calendario, ni por fronteras, ni por credos, no pierdo la oportunidad para decirte hoy… Felicidades Mamá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario