Por Armando Fernández MartíSantiago de Cuba, 29 jul.— El 29 de julio de 1953, 72 horas después del asalto al cuartel Moncada, fue detenido en la cercanía del poblado de San Luis Raúl Castro Ruz, quien con otros cinco jóvenes había participado en la toma del edificio del Palacio de Justicia, aledaño a la fortaleza, que era uno de los objetivos de las acciones de ese día.
Fracasada la toma del Moncada, los seis
jóvenes que habían ocupado el Palacio de Justicia fueron detenidos y
hechos prisioneros, pero Raúl Castro arrebató una pistola al sargento
que estaba al fren grupo y los hizo prisioneros, logrando huir
rápidamente de aquel lugar los moncadistas.
Raúl tenía entonces 22 años y conocía a Santiago de Cuba por haber estudiado aquí, lo que le permitió salir de la ciudad con el propósito de dirigirse a su casa en Birán, al norte de Oriente, pero el día 29 fue interceptado por una pareja de la Guardia Rural, detenido y conducido al cuartel local y más tarde al Vivac de Santiago de Cuba.
En sus primeras declaraciones en el Vivac y presumiendo que Fidel y Abel Santamaría no habían sobrevivido al asalto del 26 de Julio, asumió toda la responsabilidad de los hechos proclamándose el jefe de ese movimiento.
En el juicio por los sucesos del Moncada, el fiscal increpó a Raúl porque en la vista se declaraba un combatiente de filas, lo que contradecía sus declaraciones en el Vivac, donde había asumido la responsabilidad del asalto.
En respuesta al tribunal Raúl dijo que alguien tenía que asumir la responsabilidad de la acción, que se frustró en su primer intento, pero que estando Fidel vivo, afortunadamente, las cosas volvieron a su lugar: “Yo soy un simple soldado a quien se le asignó una posición y un cometido”
Sesenta y un años después, la historia confirma que por su valentía y lealtad a Fidel y las ideas enarboladas en el Moncada, el General de Ejército Raúl Castro Ruz sigue siendo hoy un soldado a quien se le ha asignado una posición y un cometido: Continuar la revolución al frente de los destinos del país que comenzó a forjarse aquella gloriosa mañana del 26 de julio de 1953.te del
Raúl tenía entonces 22 años y conocía a Santiago de Cuba por haber estudiado aquí, lo que le permitió salir de la ciudad con el propósito de dirigirse a su casa en Birán, al norte de Oriente, pero el día 29 fue interceptado por una pareja de la Guardia Rural, detenido y conducido al cuartel local y más tarde al Vivac de Santiago de Cuba.
En sus primeras declaraciones en el Vivac y presumiendo que Fidel y Abel Santamaría no habían sobrevivido al asalto del 26 de Julio, asumió toda la responsabilidad de los hechos proclamándose el jefe de ese movimiento.
En el juicio por los sucesos del Moncada, el fiscal increpó a Raúl porque en la vista se declaraba un combatiente de filas, lo que contradecía sus declaraciones en el Vivac, donde había asumido la responsabilidad del asalto.
En respuesta al tribunal Raúl dijo que alguien tenía que asumir la responsabilidad de la acción, que se frustró en su primer intento, pero que estando Fidel vivo, afortunadamente, las cosas volvieron a su lugar: “Yo soy un simple soldado a quien se le asignó una posición y un cometido”
Sesenta y un años después, la historia confirma que por su valentía y lealtad a Fidel y las ideas enarboladas en el Moncada, el General de Ejército Raúl Castro Ruz sigue siendo hoy un soldado a quien se le ha asignado una posición y un cometido: Continuar la revolución al frente de los destinos del país que comenzó a forjarse aquella gloriosa mañana del 26 de julio de 1953.te del
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