Una voz que brilla más allá de Santiago

Por Dayron Chang Arranz

Un tributo, poético y musical a La voz de oro Eva Griñán cerró las jornadas del Boleros en Santiago

Santiago de Cuba, 28 jun.— Bastó percibir la fuerza de su voz para llenar ese vacío al lado del guitarrista Gabino Jardínez, que siempre le acompañó. Eva Griñán estuvo en la Sala Dolores cantando otra vez con la vida mientras a fuerza de bolero, amigos y familiares, confesaron una emoción contenida. Entre ellos, el hermano Jesús Manuel Griñán, quien a tono con el homenaje de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), escribió unos versos dedicados a la Rosa Oriental.

Junto al Orfeón Santiago fue su potente registro la inspiración que desempolvó añejas melodías acopladas alguna vez en las manos de Electo Silva. Con estas se evocó su andar por dicha agrupación coral y se invocó aquellas descargas en la Casa de la Trova que intérpretes como Cheli, Melodías Cubanas y el Dúo Cohíba aún resguardan como parte de una ritualidad.

Temas antológicos del repertorio cubano a la altura de Perla Marina de Sindo Garay, Brindar o no Brindar de Blanca Rosa Gil y otros como Ausencias, Triste muy triste con algunos de la autoria de Vicentico Valdés o Pablo Milanés complementaron un espectáculo que rescató canciones de los discos de Eva grabados en los Estudios Siboney de la EGREM.

A la tradicional cantata se incorporó la Eva Griñán que hoy se mezcla en sinfonías tan latinoamericanas como las del Trío invitado Perú de la Escuela Latinoamericana de Medicina. O esa que brilla junto a intérpretes como Farah María; o la que se renueva en expresiones de continuidad como la de Grisel Gómez; o la Eva que se funde a los sonidos de su ciudad.

Justo en los barrios y comunidades comenzó este tributo que reconoció la obra musical de la intérprete dentro de la cancionística cubana con un Taller realizado en la sede de la UNEAC bajo la conducción del periodista y poeta Reinaldo Cedeño.

Con estas actividades se perpetúa, junto a la voz de oro Eva Griñán, el Festival Boleros en Santiago que  convoca a su edición Vigésimo Séptima desafiando las ausencias, para jamás decir olvido.