Plaza de la revolución

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sábado, 14 de junio de 2014

Antonio Maceo: la figura más excelsa de la Revolución


Por Noris Rosado Figueredo
 
Antonio  Maceo Grajales, fue el más bravo de los guerreros cubanos y considerado uno de los más importantes líderes políticos de la lucha por la independencia y contra los españoles.

Fue José Martí, nuestro Héroe Nacional, quien alertó a los cubanos cuando expresó: “…y hay que ponerle asunto a lo que dice, porque Maceo tiene tanta fuerza en la mente como en el brazo”.

Santiago de Cuba tiene el orgullo de haber dado una pléyade de Generales en la guerra de Independencia, y de ser la tierra natal del Titán de Bronce, Antonio Maceo Grajales, quien vio la luz,  el 14 de junio de 1845, fruto de la unión de Marcos y Mariana.

El Lugarteniente General Maceo, tuvo el honor de combatir en las tres contiendas. Se incorpora a la lucha en octubre del año 1868, en las tropas que comandaba el General Donato Mármol. Pronto alcanza el grado de capitán.

Combate en la ciudad de Bayamo en 1869 y opera en otras regiones orientales. Luego, bajo el mando del Generalísimo Máximo Gómez, participa en varias acciones militares, pero sus cualidades de gran estratega se ponen de manifiesto en la invasión y campaña a Guantánamo.

En 1872, el  Titán de Bronce asume el mando de Oriente, y con valor y fuerza moral, enfrenta el regionalismo y el caudillismo surgido en esta parte de la isla.

Llega el 15 de marzo de 1878, y Maceo protagoniza la viril Protesta de Baraguá,  para rechazar el Pacto del Zanjón, considerado una afrenta para los cubanos, pues  representaba una paz sin independencia.

Junto a José Martí y Máximo Gómez, organiza la guerra necesaria en 1895. Desembarca por Duaba, el primero de abril, acompañado de Flor Crombet, de su hermano José, el León de Oriente y de otros patriotas.

Como Lugarteniente General, y al lado de Gómez, lleva a cabo la Invasión de Oriente a Occidente. En el combate de San Pedro, Punta Brava, el 7 de diciembre de 1896, cae heroicamente el Titán de Bronce.

En carta de pésame a María Cabrales, viuda de Maceo, el Generalísimo Máximo Gómez, escribió: “…con la desaparición de ese hombre extraordinario, pierde usted al dulce compañero de su vida, pierdo yo al más ilustre y al más bravo de mis amigos y pierde en fin el Ejército Libertador a la figura más excelsa de la Revolución”.

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