Autor: PL
La misteriosa desaparición de documentos legales de computadoras del Pentágono suma hoy otro capítulo de irregularidades contra los sospechosos de terrorismo confinados en la base naval de Estados Unidos ubicada en un territorio ocupado a Cuba en Guantánamo.
Según fuentes militares citadas en un reporte de NBC News, el incidente provocó el retraso hasta el venidero 11 de junio de las audiencias previas al ya dilatado juicio contra los reos que permanecen en ese enclave en un limbo legal desde hace años, sin acusaciones concretas ni ser condenados por ningún tribunal.
Los abogados de la defensa afirmaron que sus documentos de trabajo confidenciales empezaron a desaparecer de las computadoras del Departamento de Defensa en febrero, lo que echa por tierra en algunos casos la labor que por tiempo realizan los juristas respecto a sus clientes y a la vez implica una mayor dilación de los procesos.
Aseguran los juristas que existen pruebas sobre el seguimiento por parte de terceros a sus correos electrónicos internos, así como a las búsquedas en Internet.
Los defensores pidieron que causas en las cuales se podría enfrentar la pena de muerte se detengan hasta tanto los problemas sean resueltos, porque ante todo buscan que se realicen juicios apegados a derecho y con las garantías procesales.
Para la Casa Blanca, la desaparición de los archivos sería una forma más de mantener ese aplazamiento indefinido de los juicios y una manera de evitar que quizás salgan a la luz las múltiples violaciones acaecidas en Guantánamo, sostienen activistas.
Una audiencia estaba programada para su inicio el lunes pasado en el caso de Abd al Rahim al Nashiri, de 48 años, acusado de planear un ataque en el que murieron 17 marineros estadounidenses a bordo del USS Cole en Yemen en el año 2000.
Detenido en Guantánamo hace seis años y siete meses, en febrero de 2008, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) confirmó que utilizaron con él y otros dos reclusos la técnica de tortura del submarino.
Los abogados también solicitarán al juez, el coronel del Ejército estadounidense James Pohl, cambiar las vistas previas del juicio que debe comenzar el 22 de abril contra cinco presos a quienes se les imputa planear los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Sin embargo, en otro caso los administradores del sistema vulneraron las redes y accedieron a más de 500 mil archivos de la defensa, incluyendo comunicaciones confidenciales entre los abogados y sus clientes.
Estas últimas revelaciones son "absolutamente indignantes", según organizaciones de derechos humanos que calificaron al sistema de comisiones militares de ser una farsa, pues todos "los juicios por terrorismo deben realizarse en Estados Unidos ante tribunales federales reales".
La cárcel de Guantánamo ocupa titulares en los últimos días por la huelga de hambre que mantienen desde el 6 de febrero cerca de 130 presos en protesta por las duras condiciones impuestas por los militares.
Estos los someten al confinamiento en solitario por tiempo indefinido en celdas con temperaturas extremas y los obligan a permanecer en posiciones humillantes sin ingerir alimentos por largos periodos, entre otros atropellos.
Cerca de 166 personas continúan en esta prisión ilegal creada en 2002, cuyo cierre reclamaron miles de personas ayer en varias ciudades estadounidenses, mientras representantes de 25 organizaciones de derechos humanos urgieron al presidente Barack Obama a terminar con ese centro de detención y torturas.
Para la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, "Estados Unidos incurre en un incumplimiento no solo de sus propios compromisos sino también de las leyes internacionales y los estándares que está obligado a mantener".
Desde finales de enero el enviado del Departamento de Estado para el cierre de la prisión, Daniel Fried, dejó su puesto para ocupar otras funciones, pero hasta ahora nadie lo ha sustituido.
Analistas estiman que la administración de Obama no tiene como prioridad la clausura de este reclusorio, pese a que el gobernante demócrata prometió cerrarlo en su campaña de 2008.
Opinan, además, que ese presidio es un campo de concentración en tiempos modernos, un agujero negro en materia de derechos humanos, de donde los recluidos allí saben que la única manera de salir es muertos.
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