El cuate llega hasta el Mausoleo de II Frente

Por Yonmer Abreu Macías

II Frente, Santiago de Cuba, 19 may.— Rafael Lafargue (El cuate o el Caminante) como le llaman, hace una hazaña de esas que colocan a los hombres en lo más alto, cuando de gloria y convicción revolucionaria se trata.

Un hombre que fue escolta y buzo personal del Comandante en Jefe Fidel Castro y que ahora jubilado del Ministerio de Interior (MININ) ha dedicado los últimos 10 años a recorrer el país a pie y visitar sitios históricos con el objetivo de honrar a los héroes y mártires que dieron su vida por esta gran Revolución.

“Yo llevo más de 10 años en esta misión, que es muy personal y patriótica además, se trata de caminar por todos los lugares del país donde existan sitios históricos y rendir tributo a los que dieron su vida por esta Revolución. Ya llevo más de mil kilómetros de recorrido, vengo del municipio Tercer Frente donde le rendí homenaje a Juan Almeida Bosque y llegué hasta este territorio para tributar homenaje a la heroína de la sierra y el llano Vilma Espín, mi pariente como me decía ella, y también a los héroes y mártires del frente guerrillero, comentó el Cuate.

“Hace tres días que llegué aquí, me he entrevistado con combatientes, niños, estudiantes y gran parte del pueblo que me han acogido con mucho humanismo y solidaridad, y ahora emprenderé un viaje de 77 Kilómetro hasta el cementerio Santa Ifigenia a rendirle tributo a mi gran compañero y amigo Fidel, con el cual estuve a su lado prácticamente toda una vida, y voy hacerle juramento de cumplir con ese concepto de Revolución que él no dejó, luego visitaré la Casa de Vilma y allí tendré un contacto con la historia y recuerdos que me gustaría volver a vivir, resaltó Rafael Lafargue el camínate con lágrimas en los ojos, conmovido por su convicción de patriota.

En su visita al Mausoleo Frank País García, el también combatiente contó algunas anécdotas a los trabajadores del complejo histórico, sobre su permanencia al lado de Fidel, y de cómo el Comandante en su tiempo libre salía a bucear, y hacía bromas cuando pescaban.

“Nunca se me olvida aquel día que fuimos a bucear y yo atrapé un gran ejemplar y él me preguntó que vas hacer con él y le respondí lo donaré a la cocina Comandante y él respondió a bueno si lo vas a donar entonces tírate una foto con él y llévalo, y así lo hice lo único malo es que nunca más volví a ver al pescado, comentó el cuate con brillo en los ojos.

“Por todas esas cosas, por todo lo que hizo por esta gran Revolución, por los buenos tiempos que pasamos es que me siento en deuda y hago estos recorridos de esta manera aunque muchos me digan que estoy loco, yo sé que no lo estoy, porque ellos en otras circunstancia lo hicieron y su locura los llevó a triunfar y hacer una Revolución de los humildes y para los humildes, y yo creo que de esta manera honraré toda esa gloria vivida, siendo defensor de la Revolución que cada día es más fortalecida, próspera y triunfante, serán tres días de camino y llegaré bien. Aseveró Rafael Lafargue marchando con su mochila y la bandera que lo ha acompañado en todo el viaje.